La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje caracterizado por dificultades en la correcta adquisición de las habilidades aritméticas.
Tiene una prevalencia similar a la de la dislexia, entre el 5% y 7% de la población tiene discalculia.
Un diagnóstico temprano disminuye el riesgo de bajo rendimiento en matemáticas y facilita la eficacia de los tratamientos.
No todos los niños con dificultades en matemáticas tienen discalculia, pueden deberse a otras causas.
La discalculia se produce por anomalías en algunas estructuras del cerebro que apoyan la representación y el procesamiento de informaciones numéricas.
Por lo tanto se dice que este trastorno del aprendizaje tiene un origen neurobiológico, es decir, hay una relación entre las dificultades de los niños con discalculia en la realización de tareas matemáticas y las anomalías estructurales y funcionales que se observan en sus cerebros.
Los expertos nos dicen que estas anomalías a nivel cerebral están determinadas por la herencia biológica de cada persona. Es decir es un trastorno congénito con un importante componente genético.
Por tanto si tomamos un grupo de personas con discalculia y evaluamos si sus padres la sufren también, encontraremos que es muy probable que así sea. Además, la frecuencia de discalculia entre hermanos de niños afectados por este trastorno del aprendizaje es diez veces mayor que la frecuencia de la población.
En función de la edad se utilizan los siguientes indicadores:
Infantil
Problemas para:
Primaria
Dificultad para:
Secundaria
Problemas para:
Las dificultades en matemáticas pueden ser muy diferentes entre los niños que tienen discalculia. Se identifican cuatro subtipos asociados a diferentes causas:
Deficiencias básicas en el procesamiento numérico
Aquí se agrupan los niños con discalculia que muestran un déficit en el sentido numérico y dificultades para comprender qué son los números.
Deficiencias en el procesamiento fonológico
En este grupo se incluyen los niños con problemas en el conteo, lectura y escritura de números y en la memorización de hechos aritméticos.
Deficiencias visoespaciales
Dificultades para representar espacialmente los números y para comprender la información representada espacialmente como, por ejemplo, gráficos u operaciones en vertical.
Deficiencias en la memoria de trabajo y funciones ejecutivas
Aquí se agrupan los niños con discalculia que tienen problemas para secuenciar los múltiples pasos en procedimientos matemáticos.
Entre el 20% y el 60% de los niños con discalculia presentan trastornos asociados a ella. Los problemas con los que se presenta de forma conjunta y más frecuentemente son déficit de atención y dislexia, pero puede aparecer también con alteraciones como trastornos del lenguaje, déficit del desarrollo motor o, incluso, problemas emocionales como la ansiedad.
La edad ideal para detectar la discalculia está entre los 6 y los 8 años, ya que un diagnóstico temprano permite poner en marcha programas de intervención para su tratamiento y minimizar las dificultades.
Para obtener un diagnóstico es necesario acudir a un gabinete psicopedagógico escolar con conocimientos sobre discalculia, o remitir al alumno al orientador escolar para que realice una evaluación completa. La evaluación deberá incluir pruebas psicológicas de inteligencia, atención y lectura, junto con pruebas específicas de matemáticas.
Tras el diagnóstico deberá realizarse una intervención específica e integral que incluya trabajo dedicado con un especialista en trastornos del aprendizaje, la implicación de la familia y adaptaciones curriculares en el colegio.
Si quieres saber si tu hijo está en riesgo de tener discalculia, no dudes en que realice este test online. Recibirás los resultados al momento en tu correo electrónico.